Los campos extensos y abiertos ofrecen unas pasturas naturales ricas en minerales, fibras y proteínas que constituyen la base del alimento de las cabras. El agua, directamente de la cordillera de los Andes, es consumida por las cabras otorgándole sabor único y ancestral a su carne. La rigurosidad del ambiente árido con temperaturas extremas hace que la producción caprina sea el principal sustento económico de las familias de estos territorios. La forma de producción tradicional y comunitaria es un legado cultural de quienes son sus hacedores, los productores ganaderos caprinos del sur mendocino, haciendo un uso sustentable de los recursos naturales del Territorio Ancestral Mapuche. La carne de cabra es una carne magra cuyo sabor es similar al de la carne de res, aunque contiene menos grasa. Su sabor terroso e intenso combina bien con las especias fuertes. Ha cobrado mucho protagonismo su potencial gastronómico y de agregado de valor para los productores familiares de la región. Existen varias formas de cocinar carne de cabra, aunque el clásico estofado de cabra mendocino, y es un plato no entiende de prisa. Receta de cocina regional y de montaña, se cocina a fuego lento, permitiendo que los ingredientes conversen entre ellos, intercambiando sabores y texturas. Con cada bocado, los sabores robustos y la ternura de la carne te envuelven en un abrazo culinario que lleva porciones de carne a la olla con verduras de estación: cebolla, ajo, pimiento verde, pimiento rojo, papa y...
