La miel de caña es un producto derivado de la caña de azúcar que se asemeja a la miel de abejas. Fue introducida en Argentina durante la época colonial entre los siglos XVII y XVIII por los jesuitas, que trajeron consigo la técnica de producción y la implementaron en las misiones. La miel de caña fue un ingrediente clave en la gastronomía y la cultura de la región, y continúa presente hasta el día de hoy. Se trata de un producto que contiene muchas propiedades, beneficia al sistema digestivo, refuerza el sistema inmunológico, y contribuye al buen descanso. Se utiliza como endulzante, para postres y repostería. En el Noroeste se combina con el quesillo y es otro de los imperdibles de la gastronomía de la región.