En las últimas décadas se ha generado un boom con la cerveza artesanal que se consume cada vez más y tiene su propio circuito de bares especializados. Es una tendencia que nació en el interior del país, dando lugar a su vez a la formación de polos y circuitos cerveceros. En el caso de Santa Fe, se promueve el consumo del “Liso santafesino”, cuya bebida en 2005 fue declarado “patrimonio cultural inmaterial vinculado a la identidad gastronómica de la ciudad”. Se llama “Liso” a la cerveza tirada de barril sin pasteurizar, servida en un vaso liso, sin rugosidades, transparente y con una capacidad aproximada de 250 cm3. La expresión se utilizó por primera vez en la década del 30 y desde entonces es sinónimo de la pasión cervecera de la ciudad.