La presencia de la trucha en los lagos patagónicos y su pesca han generado en la región una fuerte tradición alrededor de este pescado y sus criaderos. Es especialmente reconocida su cocción ahumada a leña, aunque dentro de la patagonia existen distintas formas de comer trucha. Aunque la mayoría coinciden en ajo, limón y romero, las recetas de trucha son muy variadas. Puede cocinarse al horno, a la plancha, a la parrilla y hasta rebozada y frita. También se acostumbra comerla rellena y cubierta de salsa de mantequilla, entre otras formas muy versátiles.