La actividad vitivinícola comenzó en Río Negro a finales del siglo XIX con el desarrollo de los canales de riego. Estos aprovechan las aguas de deshielo que descienden de las montañas y alimentan al río que da nombre a la provincia. Gracias a la creación de un complejo sistema de irrigación, que aún sigue vigente, nació un oasis productivo en mitad del desierto patagónico destinado al cultivo de frutales, principalmente peras y manzanas, además de vides. Las viñas se extienden desde General Roca hasta San Javier, un pequeño paraje a solo 70 kilómetros del Océano Atlántico. El 60% de estos viñedos se encuentra en el Alto Valle de Río Negro en localidades como General Roca, Fernández Oro, Mainqué y Valle Azul. Asimismo, a las 13 bodegas que conforman actualmente este atractivo se le suma el emblemático Museo de la Sidra y el Vino, un espacio histórico que recupera en Villa Regina parte de la historia de la vitivinicultura provincial a través de diferentes objetos antiguos que muestran la evolución histórica de la actividad en Río Negro. +info: https://turismo.rionegro.gov.ar/actividad/caminos-del-vino_301