Se ha convertido en la estrella de la zona de los Siete lagos, revalorizada también por el desarrollo de la pesca deportiva. Objeto de deseo de los pescadores y criada en acuicultura con una importancia comercial grande, se vende en fresco, ahumada, en salazón o enlatada, cocinándose en multitud de maneras. Es un alimento muy emblemático en la gastronomía regional. Los criaderos de Alicurá y Piedra del Águila, entre otros, han logrado grandes producciones de primera calidad, exportando al mundo y a las grandes ciudades del país.