Los hay por miles de especies en Misiones, la Capital Nacional de la Biodiversidad. Tantos, que todavía no se los consiguió registrar. Lo cierto es que según el Instituto Misionero de la Biodiversidad (IMIBIO) calcula no menos de 800 especies propias de la Selva Misionera, de las que muchas de ellas son comestibles. Nativos o no, misioneros. La provincia es la principal cuenca de pinos “exóticos” del país y, consecuentemente, cuenca de hongos de pino. Cuáles? Los Suillus granulatus, por ejemplo, ya que viven necesariamente en pinares debido a su relación simbiótica y obligada con el pino. Es simple de reconocer: desde arriba veremos su sombrero de un color marrón claro, no es más alto -de un 15 cm-, posee un pie. Lo más importante es que la parte de abajo del sombrero es esponjosa, está llena de poros. Y es muy sabroso. Más hongos? El Lactarius deliciosus o Níscalo también es conocido como “hongo de pino delicioso”. Y la Macrolepiota, el gigante de la Selva Misionera, es otro de los hongos que crecen silvestres en la provincia. Cualquiera de ellos aparecen en el otoño. Y desde entonces, empiezan a aparecer también en las cartas de los restó gourmets y de autor de Misiones.
