Hay diversos tipos de algarrobos comestibles. Se trata de un alimento de primer orden para los indígenas chaqueños. Su uso no se circunscribe a los pueblos que habitan la provincia, sino que en todo el Gran Chaco es un alimento muy aprovechado. Sus chauchas, que no se abren solas como sucede con las del poroto, son dulces y nutritivas por su riqueza en glucosa y almidón. Además es fuente de proteínas, vitaminas y minerales, principalmente el calcio. La época de maduración es de noviembre a diciembre. Después de eso, las vainas que caen al madurar se pierden en el suelo. Los frutos caídos espontáneamente en el suelo son los de mejor sabor y hay que recolectarlos antes de que llueva para que no se deterioren. Cuando maduran toman un color oscuro y un sabor dulzón, una vez secos se muelen en morteros para extraer una harina fina rica proteínas, en fibras y de bajo contenido grado, popularizada actualmente por no contener gluten. La harina de algarroba puede usarse en diferentes preparaciones, generalmente en pastelería, y también como reemplazo del cacao en polvo. De la vaina del algarrobo también sale la “aloja”, bebida tradicional de los pueblos indígenas de la región con la que celebraban comunitariamente el tiempo de abundancia y fertilidad.